viernes, 17 de febrero de 2012

Intentando encontrarla

Vivimos buscando la felicidad, ese concepto tan abstracto y preciso a la vez, que tenemos. Es una especie de estado anímico que tenemos cuando alcanzamos una meta. Es un conjunto de satisfacción, alegría y vitalidad. Aristóteles es uno de los filósofos que más ha tratado este tema, desde los orígenes del pensamiento lógico; él decía que todos estamos de acuerdo en que queremos ser felices pero en cuanto intentamos aclarar cómo podemos serlo empiezan las discrepancias.

Los filósofos tienen varias teorías; las de la Grecia Clásica dicen que ser feliz es: autorrealizarse, ser autosuficiente y experimentar el placer mental y físico.

La felicidad para cada uno se nutre de factores diferentes; unos piensan que se consigue alcanzando metas, otros que se consigue mediante la acumulación de bienes materiales,otros piensan que un día simplemente te das cuenta de que la felicidad está tu cabeza...

Nuestra meta en la vida es ser felices. O para la mayoría. Y aunque una persona diga que no, que su meta es otra cosa, miente, ya que ignora que alcanzar cualquier objetivo nos hará sentirnos realizados.

Varios factores son necesarios para ser feliz (sentirnos realizados, aprender que nada es demasiado importante, distinguir las cosas que tienen solución de las que no ETC) , y a la vez simplemente uno: darnos cuenta de que hay cosas que no dependen de nosotros y que debemos aceptarnos tal y como somos.

Hay quien dice que la felicidad estriba en cosas cotidianas y sin mucha importancia, sin mucho valor, pero que juntándolas nos hacen sentir reconfortados. En realidad lo único que deberíamos pensar sin poner freno, es en morir felices, o haberlo sido mucho tiempo en la vida.

El periódico 'el Mundo' cuenta en un artículo que un monje nepalí fue considerado el más feliz del mundo. No tenía una casa en playa con un jacuzzi y palmeritas, ni mucho dinero, tampoco una vida sexual plena. Él carece de todas esas cosas que perseguimos pensando que nos harán felices. Tras ser sometido a varias resonancias magnéticas nucleares se detectó que sus niveles de estrés, irritabilidad o enfado eran nulos, en cambio los de satisfacción y placer sobrepasaban lo normal. Él no tiene nada pero es el hombre más feliz del mundo.Por lo tanto no necesitamos nada excepto nuestro propio convencimiento, aunque hay mas secretos detrás de este simple eslogán.

Para mí la felicidad estriba  en todo: los pequeños, simples e insignificantes detalles cotidianos, alcanzar metas, conocernos y realizarnos a nosotros mismos, aprender cosas nuevas, disfrutar de los pequeños placeres y lo más importante, no dar demasiada importancia a las cosas que no la tienen.

Un consejo: Sé feliz, la puedes encontrar cualquier día, en cualquier lugar, a cualquier hora de cualquier manera, pero probablemente ella te encontrará a tí cuando menos lo esperes.

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